Ustedes también han alcanzado ahora el suficiente grado de evolución humana como para dejar su mundo tridimensional (su nido) y volar hacia una dimensión más elevada.
En el bendito Nombre del Creador del Universo, y con el beneplácito de los guardianes y protectores del canalizador que está recibiendo y transmitiendo lo que tengo que decir, inicio el mensaje que he venido a darles a todos los que lean esto.
¡Qué sabio es Aquél que todo lo sabe, y de cuya Mente portentosa surgió el Cosmos entero! ¡Qué sublime es Su sabiduría, que concibió un Universo tan sumamente complejo, con cada pieza bien colocada en el engranaje total de la maquinaria, sin haber nada superfluo, ningún alma o ser que no cuadre en su Plan Maestro y que no esté al mismo tiempo siguiendo su evolución, sin entorpecer la evolución de esa multitud de seres que la acompañan a su alrededor!
Para aquél que aún vive una vida concentrada en su propio bienestar individual, este pensamiento con el que inicio mi mensaje carece de toda belleza, de todo sentimiento sobrecogedor que inunde su alma en completo agradecimiento ante el Supremo Creador de tanta belleza y sublime perfección.
Pero para alguien que, como yo mismo, haya buceado en todas y cada una de las dimensiones que configuran los distintos estratos vibratorios de Su Creación, no dejaremos de maravillarnos ante la magnitud de la belleza y perfección de Su Obra.
Muchas y diversas leyes gobiernan cada una de esas dimensiones, y no hay nada que escape a la consecución y a la materialización de esas leyes, cada una de ellas en su estadio respectivo. Su Universo, que forma parte de aquellos Universos que se mueven y giran unos alrededor de otros, siguiendo leyes de atracción gravitacional de una forma impecable y absolutamente maravillosa, tampoco es una excepción.
Veo Seres Sublimes que han viajado distancias estelares inconcebibles para sus mentes todavía finitas, que están ahora mismo acompañándolos en este momento preciso de su evolución planetaria, que está llamada en estos momentos que viven a dar un extraordinario salto evolutivo, como nunca antes ha vivido el ser humano de su mundo y que ni siquiera el más atrevido de entre ustedes haya osado siquiera imaginar.
Algunos de Ellos optaron por encarnar en su mundo, para poder actuar desde adentro, como uno más entre ustedes. Algunos fueron incluso torturados y asesinados, cuando Su única intención fue venir a ayudarlos a abrir sus mentes y despertar sus consciencias; es algo que nosotros sabemos bien que ocurre desgraciadamente en los mundos de evolución más baja en el escalafón universal.
Pero Su sacrificio no habrá sido en vano, pues rompieron muchos moldes mentales anquilosados entre ustedes y abrieron los corazones de todos aquellos que tuvieron contacto con Ellos, durante Su estancia en la Tierra.
Ahora el momento está ya maduro para ustedes, que hasta ahora no han sabido salir de su entorno inmediato, como un aguilucho que al principio de su vida no conocía más que el nido donde nació, hasta que le crecieron sus alas y en el momento preciso y adecuado para ello, saltó con valentía de su nido y batiendo sus aún cortas alas echó a volar, con la mirada protectora y amorosa de sus padres, que velaban por él. Los padres del aguilucho saben cuándo éste está ya maduro para volar, y cuándo sus alas estarán lo suficientemente pobladas de plumas para que sostengan el vuelo de su hijo. Antes de ese momento nunca empujarían con su pico a su hijo fuera del nido, porque el resultado hubiera terminado en tragedia.
Ustedes también han alcanzado ahora el suficiente grado de evolución humana como para dejar su mundo tridimensional (su nido) y volar hacia una dimensión más elevada.
Es un momento en su evolución muy difícil, y siempre las humanidades de los mundos habitados que han experimentado ese mismo salto evolutivo, tal como lo están viviendo ustedes ahora, han necesitado la ayuda de Hermanos de otras estrellas y sistemas planetarios anejos.
Ustedes por sí mismos y sin ayuda no podrían protagonizar un salto evolutivo de tales características. Es un cambio para ustedes tan contundente, tan espectacular, que precisa de un esfuerzo titánico que amedita de una imprescindible ayuda exterior.
Pero yo quisiera aconsejarles, si me lo permiten, que traten de vivir estos momentos con absoluta tranquilidad, incluso con cierto abandono. Eso no quiere decir que no tengan que hacer nada, pues los cambios siempre se construyen con la cooperación de todos los miembros involucrados en ese proceso de transformación.
A lo que me refiero, y entiéndanlo bien, es a que abandonen todos los temores, ansiedades y preocupaciones que puedan albergar en sus corazones, producto de un sentimiento de desconocimiento ante lo que va a ocurrir a partir de estos momentos.
Tampoco alberguen dudas ni titubeen en el gran salto que están a punto de protagonizar. Sepan que están ciertamente en los albores de una Nueva Era para todos los seres que pueblan este mundo, no sólo los seres humanos, sino también el resto de entidades que moran en su mundo físico, etérico, astral y mental, tanto en la superficie terrestre, como en las profundidades marinas e incluso las zonas del interior de la Tierra.
Recuerden, pues, mi consejo, y dejen de estar preocupados e incluso temerosos respecto a los maravillosos momentos que están a punto de protagonizar todos ustedes; lleven a cabo ese cambio de conciencia con cánticos y alabanzas hacia el Creador, y no llorando por el mundo que están dejando atrás.
Relájense y en profundo amor y agradecimiento, vivan este momento de profunda trascendencia, tras la cual lograrán acercarse más a los mundos superiores, cuyos integrantes les están esperando con los brazos abiertos.
Fuente: Anónima
Canal: Kris Won
http://pf235.blogspot.com/2012/10/reflexiones-cientificas.html
ResponderEliminarElevar nuestra frecuencia para lograr la ascención
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